Siguiendo al corazón y otro poco al instinto, tomé la decisión de emigrar
Siguiendo un poco al corazón y otro poco al instinto, tomé la decisión de emigrar. Dejé a mi familia, amigos y todo lo que conocía en mi país natal, México. Para buscar nuevos retos y experiencias del otro lado del mundo. Cuando llegue a vivir a Portugal no tenía la menor idea qué iba a hacer, no conocía el idioma local y no tenía muchos amigos. Empecé a sentir que no encajaba en el país que había elegido como destino y temí haber tomado una decisión incorrecta.
Fue en ese momento de duda, temor y soledad, que encontré SPEAK. Fue como ver una luz. Me sentí inmediatamente atraída a la misión del proyecto, identificada con sus valores de respeto; tolerancia y multiculturalidad y entusiasmada por todas sus posibilidades.
Me inscribí al curso de portugués, donde además de aprender el idioma, conocí a personas en la misma situación que yo; recién llegadas al país, con dudas y miedos similares a los mío. Poco a poco se fue creando una red de apoyo, afecto y solidaridad. Al mismo tiempo comencé como buddy, a dar el curso de español.
Poco a poco las sesiones se fueron convirtiendo en momentos de convivencia social hasta que las entonces participantes del cuso se convirtieron en amigas. Amigas que más tarde organizarían mi despedida de soltera y bailarían hasta la última canción el día de mi boda. Juntas organizamos muchos eventos en donde experimentamos comida típica mexicana, la del día a día, como quesadillas; molletes; chilaquiles; micheladas y água de Jamaica y vivimos las tradiciones de México: hicimos un altar de muertos y rompimos la piñata. Muchas veces he extrañado mi casa y mi país, pero compartir mi cultura y saberla valorada por otros me hizo sentirme más cerca de mi México.
Enfrenté un nuevo desafío: mudarme de ciudad
Una vez instalada en Portugal enfrenté un nuevo desafío: mudarme de ciudad. Cuando fui contactada por el equipo de SPEAK para comenzar el proyecto en mi ciudad, Aveiro, hesité, pero en el fondo sabía que era esto lo que debía hacer. ¿Qué mejor manera de comenzar de cero, buscar nuevos amigos y descubrir nuevos lugares que con el método que ya me había funcionado antes?
Fue continuar mi camino en este proyecto en el que creo apasionadamente, con un nuevo capítulo. Ya había sido participante y Buddy, y sabía que quería seguir aportando, por lo que tocaba ser fundadora. Hoy, a un año de haber tomado este honor y esta responsabilidad. Me siento llena de orgullo y profundamente satisfecha por los muchos aprendizajes que esta experiencia me ha brindado.
Presentando el proyecto a las personas e instituciones de mi nueva ciudad, ha sido una excelente manera de presentarme. Con una bandera sólida y un gran equipo de apoyo detrás me siento invencible. Hay días malos, claro, pero siempre encuentro algo de qué aferrarme para seguir adelante. Por ejemplo, lo necesario que es un proyecto de carácter inclusivo.
SPEAK no discrimina en contra de raza; sexo; preferencia sexual; ideología; edad ni religión. SPEAK es para todos:
los que están lejos de su país, pero también para los locales que quieren conocer otras culturas, los que quieren viajar sin tomar un avión, los que quieren aprender un nuevo idioma, los que buscan nuevos amigos, los que quieren tener experiencias nuevas y diferentes, los que les encantan los desafíos; y los que nunca se cansan de aprender.
SPEAK cambió mi vida
Pasan los años y en SPEAK continúo conociendo personas diferentes, mudando mis paradigmas, ampliando mis horizontes y apreciando cada cultura que se presenta en forma de un nuevo amigo.
Hay muchas razones por las cuales decidí comenzar con SPEAK en mi ciudad. Así como SPEAK cambió mi vida, deseo que cambie también la de muchas otras personas. En un mundo en donde parece que hay cada vez más cosas que nos separan. Es un orgullo ser parte de esta comunidad global de más de 20,000 personas que quiere demostrar que las diferencias pueden ser un punto de encuentro, no de división. ¿Te animas?